El momento de la llegada del capitán James Cook a Kealakekua Bay en la isla de Hawai'i, es una de las ironías más extrañas de la historia. Sus barcos aparecieron en la bahía en el momento cumbre del festival anual makahiki, en honor a Lono, el dios de la agricultura. Los barcos británicos tenían un parecido asombroso con las profecías hawaianas, que decían que Lono volvería un día en una isla flotante, y así fue como Cook fue recibido con más honores y reverencia de los que jamás había sido testigo.
Todo fue bien hasta su partida en 1779, cuando una tormenta rompió el mástil de su barco obligándole a volver. Los hawaianos ya se habían dado cuenta de que los haole (occidentales) no eran dioses, y una serie de riñas se sucedieron hasta convertirse en una confrontación violenta, en la que Cook perdió la vida acuchillado.
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